Se trata de una historia de dos hermanos unidos, los dos trabajaban en la misma estancia, y a su vez los dos se enamoraron de la misma chica, sin confesarlo uno al otro.
Ella era una muchacha muy bonita que coqueteaba con todos. Ella parecía enamorada de ambos muchachos pero no se decidía por uno.
Una noche, el más decidido fue en busca de la muchacha en su caballo.
Cuando su hermano se entera de lo ocurrido, sale en busca de ambos.
Al amanecer, se encuentran y se enfrentan a muerte, la muchacha espantada da un grito y se va.
Los encontraron muertos en el suelo enlazados de las manos en un charco de sangre. Allí mismo los enterraron, frente a frente. Allí se formaron dos lagunas, cada una representa a cada uno de los hermanos, existe también un brazo de tierra que jamás lo cubre el agua, que representa los brazos de reconciliación de los hermanos. La muchacha paso días llorando del horrendo crimen que su coquetería había causado. Pocos días después, se lanzó a las aguas oscuras dando un agudo y escalofriante gemido.
Su alma recorre las aguas y todos los Viernes Santos, a la misma hora donde se suicidó, se escuchan profundos gemidos y el mismo ruido que hizo ella al caer.